El Vaticano ha cerrado un largo debate teológico al publicar oficialmente un documento que rechaza el uso del título «corredentora» para la Virgen María. La decisión, emitida por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe bajo la dirección del cardenal Víctor Manuel Fernández, reafirma la doctrina católica sobre la única mediación en la obra de salvación, que pertenece exclusivamente a Jesucristo.
El documento, titulado Mater Populi Fidelis («Madre del Pueblo Fiel»), aclara que, «en sentido estricto, no podemos hablar de otra mediación en la gracia que no sea la del Hijo de Dios encarnado». De esta forma, el Vaticano zanja una controversia que se había intensificado a mediados del siglo XX.
CONCEPTO DE «CORREDENCIÓN»
El término «corredentora» ha sido utilizado por algunos teólogos y devotos marianos para expresar la idea de que María colaboró activamente con Cristo en la redención de la humanidad. Sin embargo, para otros sectores, el concepto resultaba confuso al atribuir a María un papel que parecía casi paralelo al del Salvador.
El nuevo texto doctrinal subraya que, aunque María participó de un modo singular en la historia de la salvación, su función es siempre subordinada y nunca puede ser equiparable a la de Cristo.
REACCIONES Y ECUMENISMO
Teólogos Católicos y Líderes Cristianos: El documento ha sido recibido con alivio, ya que la expresión «corredentora» era vista como una desviación del mensaje central del Evangelio: que solo Cristo salva (citando 1 Timoteo 2:5: “Hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”).
Grupos Marianos: Algunos grupos dentro de la Iglesia han expresado su decepción, aunque el Vaticano no niega la relevancia de María, sino que la define como modelo de fe, intercesora y madre espiritual de los creyentes.
Protestantismo: Desde la perspectiva protestante y ecuménica, este pronunciamiento es visto como una corrección doctrinal positiva que ayuda a preservar la pureza del mensaje bíblico y que podría favorecer el diálogo con las iglesias reformadas y evangélicas al eliminar una barrera teológica importante.
La decisión de la Santa Sede confirma la posición adoptada desde el Congreso Mariológico Internacional de 1996, recordando una verdad central para toda la fe cristiana: la salvación se concede únicamente por gracia, mediante la obra perfecta de Jesucristo. (NP-Gemini-Radio Iglesia)







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