La industria de las isapres enfrenta una profunda crisis. Desde fines de 2019 hasta junio de 2025, más de 860 mil personas han abandonado el sistema privado de salud, y por primera vez desde 1996, el número total de afiliados cayó por debajo de los 2,5 millones.
Esta fuga se da en un contexto de alto desempleo, bajo crecimiento económico y constantes alzas en los precios de los planes.
Según datos de QuePlan.cl, el ingreso líquido necesario para que el 7% de cotización legal cubra el plan más barato ha subido un 87% en cinco años. En 2020, una persona de 30 años requería $462 mil; hoy necesita $865 mil. Aunque la brecha de género se ha reducido tras la implementación de la Tabla de Factores Única, el costo de acceso sigue siendo elevado para gran parte de la población.
Expertos como Ryan Kerr y Daniela Sugg advierten que el sistema se ha vuelto menos accesible y más costoso. La reducción de la oferta de planes —un 33% menos desde 2019— y el perfil de afiliados con mayor uso de prestaciones han elevado los costos operacionales. Además, se prevé una nueva alza en septiembre, junto con un reajuste en la prima GES.
El exsuperintendente de Salud, Patricio Fernández, señala que la situación financiera de las isapres es estructural y que, sin una reforma profunda, el sistema privado corre el riesgo de colapsar. Aunque se han eliminado discriminaciones por sexo y edad, persiste la barrera económica, lo que limita el acceso a quienes tienen mayores ingresos.
En este escenario, las isapres intentan recuperar afiliados, pero el entorno económico y regulatorio sigue siendo adverso. La salud privada en Chile se ha convertido en un bien cada vez más restringido, y su sostenibilidad futura depende de cambios estructurales que aún no se concretan. (Red NP-Pulso)
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